El Pávido Návido y el cordón del churumbel

20080627

Por qué no sé, pero fue así, así fue...

Resulta que, gracias a una invitación del tocayo de este su bloguero de confianza, caí en Tuxtla Gutiérrez, hace casi un mes. La famosa hospitalidad mexicana cobra sentido en ciertos sitios: la Casa Tellas es uno de ellos, Chiapas otro. Ustedes saben que el Pávido Návido suele no entablar conversación con quienes le ejecutan algún servicio, pues desde el taxi Aereopuerto-Centro Cultural Jaime Sabines rompió su costumbre ante la plática interesante del operador. El encuentro con poetas fue lo que siguió, la presentación con Julián Herbert, Sergio Loo, Julio César Toledo y el saludo a la banda conocida: Luis Paniagua e Iván Cruz. Y es que el asunto trataba de eso, un encuentro nacional de poetas organizado por poetas chiapanecos. Las actividades habían comenzado un día antes y la cara del tocayo del Galán de Agua Zarca lo atestiguaba, como muchas otras esa no había sido su noche, después me contaría de la desaveniencia estomacal que lo había tenido al borde del excusado durante la velada, además del coraje pasado por una charla poco amistosa con una pareja nada amistosa.

Una larga disertación sobre varios asuntos de la poesía nacional, en lo general y la chiapaneca, en lo particular consumió gran parte de la tarde y anunció la noche que comenzó con la presentación de tres libracos, para justificar mi autoinvitación al encuentro leí un texto sobre uno de los libros y comenzó el paseo por la oscuridad tuxtleca. Primero una escala gastronómica danzística versal en el afamado restoran Las Pichanchas, célebre por su festejada bebida mezcla de piña, vodka y sépasu. Después un deambular por traspatios de hoteles, depósitos cerveceros y, finalmente, una casa en cuyo tercer piso bebimos cerveza al rededor de Balam Rodrigo que aprovechó una hamaca colgada para erigirse en el Pachá de las letras jóvenes.
La conversación, casi desde mi llegada, se hacía en pos de la charla poco amistosa. Resulta, cuentan, que ante el enojo de Tanya de Fonz y Marco Fonz de Tanya por el hotel en el que les había tocado pernoctar (que por cierto rechazaron), el haber tenido que pagar su transportación a Chiapas (como todos los que fuimos), entre otras cosas realmente nimias, comenzaron a reclamar que si Balam Rodrigo gana premios, que si Luis Paniagua también, que si Fernando Trejo era un misógino por no invitar a mujeres al encuentro (¿no repararon en que el encuentro tenía por nombre "Carruaje de pájaros", lo que es no saber descifrar). Aquí no se consigna más lo que llegó a los oídos del Marqués de Monfi, que de inmediato se enojó ante las formas que tomaron los reclamos de la pareja, el pudor impide citar algunas frases, pero sí se dirá que la marginalidad no es un valor estético y que, en todo caso, los verdaderos marginales no están en la mesa con otros poetas y, que si se conocerá su obra, no será en este tiempo, porque no les interesa y menos les interesa ser marginales y gritarlo en todos lados para que les hagan caso.

Después de pocas cervezas nos dispersamos a nuestros hoteles, en el camino Herbert nos dió cátedra sobre las maniobras que han surgido para que la vida nocturna de La Laguna siga a pesar de ley seca, bandos municipales y ese tipo de cosas que incentivan el consumo de sexo, drogas y rock and roll.
La mañana desayunó pozol y nucú, a mediodía comimos entre marimbas y partimos hacia San Cristóbal de las Casas en un camino de neblina y cábula. Raúl Vázquez conducía su chevy y nos hablaba de las transas en la construcción de la carretera. Balam y Luis se burlaban del vaporrú de Mario Bautista y el amigo personal de Kemonito intentaba sintonizar alguna estación de radio que no sonara a música para fuentes danzantes. Llegamos a la bruma de San Cristóbal, orinamos en el Palacio Municipal y nos dirigimos a la Albarrada.
Ahí las lecturas, interesante siempre escuchar a la banda, conocer más banda y saber de nuevos horizontes. La nota de la tarde, bajo la lluvia, el olor de ocote y la inmensidad de las nubes la pusieron, de nuevo, Marco y Tanya. Un comentario grosero sobre la madre de un poeta despertó expectativas que no fueron cumplidas por los textos de quien aventó el buscapiés, tampoco conmovió el protoperformance tipo radionovela de las cuatro de la mañana en la nueva amor, y tampoco se sostuvo la invitación a continuar el debate sobre los poetas, los premios y la marginalidad. Una llamada oportuna dejó a la mesa sin la posibilidad de discutir.

Cuando el Pávido Návido leyó, hizo el reclamo pertinente, no había sido invitado al encuentro, se había colado a leer en un par de mesas y no gritaba a los cuatro vientos su no inclusión en el mundillo literario. Se leyeron cosas buenas esa tarde, se bebió café con azúcar y canela (chale), se comió pan dulce miniaturita y rico.
Después el deambular por varios bares del centro de San Cristóbal, el encuentro con una vieja amiga en uno de aquellos sitios, cruzamos un par de palabras y, sobre todo, nos abrazamos como hace mucho no lo hacíamos. Faltó alguna rockola pero fue bien suplida por el canto de los camaradas que se echaron desde las Nieves de enero hasta Los dos amigos. Todo era lluvia y francachela. Esa noche, el Pávido Návido se enamoró de Chiapas.

Al día siguiente un caminar laberíntico por empedradas y empinadas calles, cervezas futboleras con Juan Carlos Cabrera, el retorno a Tuxtla con José José en la voz y un billarcito en el que Balam Rodrigo demostró su vena albañilística.
Van las gracias, muy retrasadas, de este ciberescribiente a quienes sin haberlo invitado lo recibieron a toda madre en Tuxtla y San Cristóbal, también para aquellos que hicieron de las tardes, las noches y las madrugadas una gran tertulia. Amarren al Procurador del Albur en Alto Lucero, que amenaza con regresar y ahora sí, dejar descalzos a todos los poetas de la última frontera.
Fernando Trejo, Fabián Rivera, Raúl Vázquez, Mario Alberto Bautista, Juan Carlos Cabrera, Balam Rodrigo, Ulises Córdova, Luis Paniagua (sobre todo), Julio César Toledo, Julián Herbert, Sergio Loo, Iván Cruz, vaya para ustedes el más gentil de los agradecimientos de éste, su amigo, El P.N.

Post Tenebram Spero Lucem.

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20080620

También a Zedillo le decían el esperma

Pues sí, vamos a vivir mejor. La noticia que se ha difundido ampliamente en los medios no puede sino alegrar al Pávido Návido, por fin la cultura culinaria de este país remontará siglos de rezago y tradición, por fin los mexicanos voltearán a esa maravilla gastronómica que es la latería, sobre todo la conformada por las conservas que nadie abre cuando se obsequian en arcones navideños. Es para agradecer a concamines y gobernantes la generosidad y buen tino de no congelar precios de productos tan pedestres como el frijol (bueno, los enlatados la sierra son otro nivel), el arroz, la tortilla, el pollo, la carne, el jitomate, el tomate, las verduras frescas, el huevo, las frutas frescas, la lenteja, la leche, las habas, el azúcar y demás alimentos insípidos y sin clase.
Gracias, ahora las mesas del pueblo se nutrirán y engalanarán con maravillosos productos como el perejil deshidratado, las peras en almíbar, los nopales en escabeche, la pimienta negra molida, el champiñón en trocitos, el chilorio y la cochinita pibil (enlatados off course).
Ya estuvo suave de reventarse una torta de tamal cada mañana ¿qué es eso del atole de cajeta?, por fin los párvulos mexicanos se podrán echar sus deliciosos jugos de ocho verduras, ya sea picante limón, fibra nopal u omega tres, sin que ello les represente una ingesta no recomendable de azúcares y sodio.
¡¡¡Por Dios!!! ¡qué gusto!, adiós a las sopita de estrellas, engrane, pipirín, plumita, munición, letras y cuanta madre. Lo de hoy será el spaguetti que para eso congelaron los precios de las salsas tradicional, champiñones y cuatro quesos.
El Divino Verbo sea alabado, ya no más calditos de abuelita, nada de sopas con pellejo de jitomate y alón de pollo, ¿para qué si todo se puede fabricar en una higiénica planta industrial y regalrnos (bueno, mediante un módico y congelado pago) productos como la sopa huerta vegetales con pollo, huerta vegetales con caldo de tomate, la mexicana mestiza, la mexicana minestrone o el caldo de costilla de res con pasta, el caldo tlapeño y la crema de flor de calabaza?
Y si de internacionalizarse se trata, toda una gama de tes hará la diferencia entre el móndrigo café de olla, el té de manzanilla fresca (quién sabe qué perro se meó sobre las macetas del patio) y el lujo en la casa: Té Manzanilla caja con 25 bolsas, Manzanilla caja con 35 bolsas, Té Manzanilla caja con 50 bolsas, Té Manzanilla caja con 100 bolsas, Té Negro caja con 25 bolsas, Té Negro caja con 35 bolsas, Té Negro caja con 50 bolsas, Té Negro caja con 100 bolsas, Té Hierbabuena caja con 25 bolsas, Té Hierbabuena caja con 35 bolsas, Té Hierbabuena caja con 50 bolsas, Té Jamaica caja con 25 bolsas, Té Jamaica caja con 35 bolsas y Té Limón caja con 25 bolsas, por ejemplo.
Por supuesto que se pensó en todo y la hora dulce no fue olvidada, nada de conchas con nata, plátanos con crema, capirotada o demás cosas de cantina o vecindad, tenemos el Postre estilo Flan en bolsa de 1k o Gelatina en polvo en la misma presentación.
Señora ama de casa, señor albañil, mexicanos todos, es el momento de cambiar nuestras costumbres tan anquilosadas, es tiempo de voltear al futuro y a la modernidad. Cambiar el menú es cambiar México. Ah, recuerden que si en los lugares donde tradicionalmente compran los precios son altos, siempre habrá cerca de casa un supermercado donde revertir la carestía y apoyar el monopolio, eso es libre mercado y no chingaderas.
Post Tenebram Spero Lucem.

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20080618

es un sol con penacho y sarape veteado

La muy noble y leal Ciudad de México (con todo y área conurbada) ofrece a sus habitantes múltiples posibilidades de vivienda, desde cuartitos de azotea, casitas de cartón, banquitas de parque, hasta departamentitos tipo loft, penthaouses y caseríos de cuadras de extensión. También ofrece a sus inquilinos una variedad casi eterna de nombres para las calles. Este último punto no se ha analizado a profundidad por los corredores de bienes raíces que bien podrían ofrecer plusvalía por la nomenclatura de la calle en la que se encuentren los inmuebles. El Pávido Návido, atento y sagaz, se ha dado a la tarea de recopilar diez nombres de calles, esquinas, avenidas, cruces, cerradas, bocacalles, en las que se podría vivir muy a gusto sólo por lo bonito que se vería la dirección en la correspondecia. Del mismo modo también organizó un listado de aquellos sitios que demeritan la calidad de vida al ser nombrados cuando se pregunta por la dirección donde vive uno.

Los más peores:

Esquina de las calles Manuel Vergara y Alcatraz (col. Emiliano Zapata, Ixtapaluca), no vaya a ser que les llegue un paquete por la esquina y qué hacen.
La avenida Guanos y fertilizantes (col. Vista Hermosa, Tlalnepantla), qué tal que los saca de quicio un vecino.
Esquina de las calles Prosa y Educación (col. Jaime Torres Bodet, Tláhuac), si vive ahí contrate televisión por cable.
Esquina de las calles Estetas y Políglotas (pueblo de San José Aculco, Iztacalco), suena como a que cortan el cabello y te dan masaje con calambre, pero chamacas con conexión trifásica.
La calle Mar de la crisis (col. Selene, Tláhuac), sin Chico Ché, cualquier crisis es de miedo -mira cómo estoy temblando-.
La avenida Taxímetros (col. Ampliación Unidad Habitacional C.T.M., Nezahualcóyotl), seguro que las casas están tocadas y el predial llega con saltos de a tres kilómetros.
La esquina de Membrillo y Clavelinas (col. Nueva Santa María, Azcapotzalco), pues la neta yo no me ponía a esperar el camión por ahí.
La avenida Embajada de Yugoslavia (col. La Embajada, Ecatepec), como que no está chido vivir en una calle que luego se pueda desintegrar.
La calle Carlos Monsiváis entre Almendra y Carlos Fuentes (col. Chiconautla 3000, Ecatepec), una cosa es narrar la ciudad, otra ser la ciudad.
La calle Camino a la escuela (pueblo de San Pablo Oxtotepec, Milpalta), no gracias.

Las más perronas:

Cualquier combinación de esquinas en la colonia Siglo XXI (Atizapán) con calles como Rigo Tovar, Mario Almada, Chava Flores, Juan Gabriel, Agustín Lara, Germán Valdéz y Agustín Lara.
Para despertar reagusto la esquina de las calles Dos Arbolitos y Amanecer Ranchero (col. Benito Juárez, Ecatepec).
Para echarse un güisquito elegantemente: la colonia El Sifón (Iztapalapa).
Si uno está ardido pero tropicalmente, acá muy Daniel Santos, pues la calle Flores Negras (col. INFONAVIT La Isla, Tultitlán).
Para un cevichito curacruda, la esquina de las calles Jaiba y Camarón (col. El Mar -así, como la rola de ray coniff-, Tláhuac).
A toda madre, vivir en una curva de la calle Blanca Estela Pavón (col. El Mirador, Xochimilco).
Para comenzar una noche de ardidez, la calle Agaves de Tequila (col. Agaves de Tultitlán, Tultitlán).
Para comenzar un mediodía de calores, la calle Flor de Maguey (col. Santa Rosa, Naucalpan).
Para sentirse como en confianza con un género literario, la esquina de las calles Poema y Rima (Col. Jaime Torres Bodet, Tláhuac).
Y para tirarse un sueñito, la calle Balcón de las edecanes (col. Golondrinas, Tlalnepantla).

Les debo un par de reseñas de un par de viajes, no cejen en el intento de leerlas, pronto aparecerán en éste, su blog de confianza. Post Tenebram Spero Lucem.

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20080611

sabía virtud de conocer el tiempo

El Pávido Návido, consciente de la vanidad de sus lectores y amigos, sabedor de que muchos de ellos se acercan irremediablemente a la edad de firmar boletas ajenas, los años del miss clairol, las filas del predial con descuento, los terribles días de fin de quincena y la desdicha de ver las modas de mocedad como onda retro, versado en los vericuetos lingüísticos y amigo de los amigos, ha preparado para todos ellos una lista de actitudes, frases, giros gramaticales y palabras que deben evitarse para seguir aparentando juventud y no ser un simple adulto contemporáneo.

Evite decir "yugur", lea el envase del producto y descubra que dice "Yogouhrt" y pronuncie muy quitado de la pena "yogur". Ej. A mí no me gustan los búlgaros, prefiero el yogur orgánico con linaza y miel de flores silvestres

Por favor jamás utilice la frase "buena onda" ya nadie sabe qué quiere decir, sustitúyala con cualquier mueca de aprobación. Tampoco utilice "¿qué onda?" para preguntar sobre el estado de alguien, algo o alguna situación, un "quihubo" o un "¿tons qué?" es suficiente.

Cuando quiera tomar una cuba no pida "una botella de ron y sus cocacolas", simplemente encargue el mejor ron, hielos y el sifón para sodificar el agua. La cuba es oldfashioned, muy oldfashioned.

No presuma su música con enunciados del tipo "encontré un ofertón y compré todos los discos de pandora en mixup", por Dios, ya nadie va a las tiendas de discos. Busque rarezas en internet, cárguelas al ipod. Ej. Me mandó los archivos un tipo de Japón que está loco con la música de Eddie Gormé y Los Panchos, le estoy cambiando la música de mi jefa por su discografía de Herp Albert.

Si usted antepone el artículo "La" a sustantivos como Ciudad Universitaria, Zona Rosa, SEDENA, Magdalena Mixihuca, Reforma, Roma, Condesa, sus interlocutores pensarán que hablan con un personaje de película de César Costa, por favor óbvielos. Ej. Ese acetato lo encontré en Lagunilla.

Si un fuerte viento de aquellos que pueden provocar neumonía se filtra hacía alguna habitación, simplemente localícelo e impida su paso, sin avisar a nadie con la frase "se está colando el chiflón".

La palabra "rollo" no se utiliza ya ni para las cargas fotográficas, ni para la forma en que se empaca el papel higiénico, por favor, no la utilice para referirse a una serie de acontecimientos, palabras o a un discurso aburrido y amplio.

La globalidad nos ha acostumbrado a la existencia de muchos idiomas, ya nadie se sorprende con un "hellow" como saludo o un "ciao" como despedida, evítelos, evitando saludar y despedirse, como en ventana de chat.

Frases y situaciones como "la conocí en el chat" denotan una falta de años noventa en su existencia y un vacío psicológico difícil de cuantificar. Evite hablar de dónde conocio a su ensabane si fue el caso y busque a su nueva prospecta en facebook.

Los departamentos actuales son tan pequeños que decir que se tiene "azotehuela" equivale a tener un "hall" en película de Mauricio Garcés, no sea anacrónico, tampoco se dice "cobacha", diga que guarda sus utencilios de limpieza junto al calentador solar, si no tiene uno corra a cambiar su "boíler".

No demuestre su intolerancia, racismo y poco conocimiento de la diversidad llamándole al personal doméstico: "chacha", "famúla", "muchacha", "personal doméstico", refiérase a ellos como "la chica que me ayuda en la casa", "la señora que me hace el favor de limpiar", "el joven que cuida el edificio", "el señor que me aliviana con los mandados", tampco sea cursi, no es necesario anteponer el "don" o "doña" a un hipocorístico para referirse a ellos.

Si practica la bonita costumbre nacional de ver la televisión entre las seis de la tarde y las diez de la noche, por favor, no llame a los programas que ve "comedias", cuando platique de ellas diga el título de cada una. Ej. Anoche estaban dando Fuego en la sangre por el dos, pinche Adela Noriega, se puso refeíta.

Esperamos que estas primeras breves lecciones sean de su utilidad, ya no se puede andar por el mundo comprando perfumes avón y presumiendo del disckman, para triunfar se necesita más que autoestima: desfachatez.

Post Tebebram Spero Lucem.





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20080606

"...Tienen nombre, sólo un nombre;/ se llaman fraternidad..."

Supongamos que una persona fina y respetable vive en un determinado país (no tan fino ni tan respetable) y que el lema del gobierno del país en donde vive la persona fina y respetable es algo así "Para que la existencia de todos no sea tan peor". En aras de que su existencia sea menos peor, la persona fina y respetable asiste a un concierto que se anuncia interesante: Bach, Haendel y Mozart, con una buena orquesta y un buen solista.
Supongamos que cuando la persona fina y respetable llega al teatro donde será la función, al que podríamos llamar Teatro Blanquito, se da cuenta de que ha sido dispuesto al rededor de éste un importante número de guardias (muchos de ellos sin insgnia que identifiquen la institución de su procedencia lo cual es ilegal en el determinado país), además una serie de vallas impide el libre tránsito por la explanada (al parecer esto también es ilegal en el determinado país).
Supongamos que en el afán de que la existencia de todos sea menos peor, el recinto dentro del cual se encuentra el Teatro Blanquito ha sido dividido en dos: en una parte se inaugura una exposición retrospectiva de bocetos comprados en un mercado de curiosidades al cual podríamos llamar El Laguillo; la otra parte la ocupa el Teatro donde se presentará la orquesta.
Supongamos que para ingresar a la exposición sólamente es necesario presentar invitación, la cual se expide sin erogar un sólo peso (o la divisa que utilicen en el determinado país), si acaso hay que cuidar un poco el vestir, por aquello de que habrá prensa en la inauguración y siempre es mejor disfrutar de un ambigú con garritas decentes.
Supongamos que para ingresar al concierto es necesario pagar una suma superior al salario mínimo en el determinado país (si esque en ese país hay la vulgaridad de los salarios mínimos), formarse unos quince minutos para pasar un primer retén de vallas, hacer fila otros minutos para ser revisado por un arco de seguridad y mostrar las pertenencias a uno de los vigilantes, que por cierto no son menos de dos por metro de valla.
Supongamos que para que los invitados a la exposición no se mezclen con quienes pagaron para escuchar el concierto, sólo se abre la planta baja del Teatro Blanquito, a excepción de las últimas filas en las que los vigilantes (si no fuera el determinado país podría pensarse que son militares vestidos de civil, pero como en el determinado país los militares son muy discretos esta duda se disipa) impiden, eso sí con cortesía, que el público se siente.
Supongamos que está a punto de comenzar la función y los asistentes no cuentan con su programa de mano porque los vigilantes han impedido el paso de los paquetes que los contenían. Por cierto, cuando en el intermedio, ya sin presencia vigilante, fueron repartidos dichos programas el público notó que en la contraportada de éstos se lee la bonita frase gubernamental de igualdad y porvenir.
Supongamos que en el determinado país los llamados a la unidad se han vuelto tan cotidianos que la verdadera división social no se nota.
Post Tenebram Spero Lucem.

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20080605

tú eres el lirio, ven dame tu perfume/ yo soy la fuente y déjame correr


Vaya desde éste, el blog del mero mero sabor a pipian de conejo, el más sentido homenaje a la Reina de la Canción Texana, la gran Lydia Mendoza. Recién nos enteremos de su muerte, ocurrida en diciembre pasado, y con algunos discos que nos han allegado a nuestras manos hemos comprobado la emoción que significa escucharla.

Lydia nació en el lejano 1916 en Houston, allende el Bravo, pero como muchos de los habitantes de aquel lado del río, en realidad era mexicana, sus costumbres, ascendencia y raíces se habían cimentado mucho antes de aquellos tratados de Guadalupe-Hidalgo que extendieron la frontera gringa más al sur de lo deseado.

Desde muy joven Lydia Mendoza comenzó a tocar y cantar el repertorio norteño (sureño para lo gringos) para recorrer fiestas, rancherías, ferias, concursos e inauguraciones radiofónicas, acompañada de su característica guitarra de doce cuerdas y una voz de justa agudeza que preservó hasta el final.

Con la década de los treinta transcurriendo, Lydia era ya una importante personalidad del mundo del espectáculo fronterizo. Hoy en día muy pocos de este laredo la recuerdan, la memoria de sus canciones y presentaciones en vivo quedó más bien arraigada entre las primeras generaciones de inmigrantes que llegaron a los Estados Unidos en busca del sueño americano de mediados del XX.

Lydia Mendoza continúo con la tradición musical mexicana, interpretando de una forma muy peculiar el cancionero tradicional mexicano: Delgadina, Cielito lindo, Pajarillo Barranqueño, Cómo de que no, Bandera mexicana, Cuatro milpas, Tú dirás, El lirio (de las preferidas del Pávido Návido), Adelita y La Feria de las Flores son sólo algunos de sus éxitos más aplaudidos.

Pbviamente, como buena cantante de la música mexicana se echó sus adoloridas y tequileras: Hace un año, Mujer paseada, Puñalada, Lágrimas de vino, Celosa, Por una mujer ladina, Al pie de tu reja, Por qué te vas, Mal hombre y Para morir iguales son ejemplos de aquellas canciones rencorosas, que sin embargo, en su voz se escuchan menos reclamadas pero más tristes.

Y, como Doña Lydia fue contemporánea de Agustín Lara, José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez, Chucho Monje, María Greever, Guty Cárdenas y casi todos los que han hecho grande la lírica mexicana, por supuesto que interpretó sus temas: Piensa en mí, Silverio, Novillero, La cama de piedra, Día nublado, Júrame, Nunca, Cuando el destino, Collar de perlas, Besando la cruz, Prisionera y una larga lista de canciones que constituyen el cancionero de oro de la mexicanidad.
Además, Lydia Mendoza le entró a la composición y de su inspiración tenemos: Amor bonito y Lejos de ti.

En esta ciudad donde hay tantas calles Colosio y Retorno 1, esta loable dama merecería tener su rua, aunque sea por el rumbo de Las Mañanitas.

En el video la acompañan los famosísimos Alegres de Terán, densen un quemón (y si van a quemar inviten). Post Tenebram Spero Lucem.



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