El Pávido Návido y el cordón del churumbel

20070226

Cuando ella apareció mi sueño se terminó...




En 1992, después de conmemorar el encuentro de varias culturas al toparse Cristóbal Colón con la América, con un país sumergido en la solidaridad y la quietud de principios de los años noventa México presencio una de las más grandes historias de amor norteño que se tenga memoria. Dos mujeres un camino fue el nombre de la serie televisiva producida por el señor del furris nacional, Emilio Larrosa. La comedia era protagonizada por Erick Estrada, Bibi Gaytán y por supuestísimo la señora del tíbiri estadandarizado, Laura León, sí mis tesoros. La historia cautivó los corazones del país porque la gente se sentía totalmente identificada con los personajes sacados de la realidad nacional: un trailero, su mujer y su amante (del trailero, no de la mujer). El trailero era interpretado por Estrada, se llamaba Juan Daniel Villegas pero todos le decían Yoni, su mujer era Laurita Lion en su papel de Laurita Lion con el nombre de Ana María. Todos eran muy felices hasta que el Yoni comenzó un amasiato con Tania (Bibi Gaytán), gracias a los frecuentes viajes que el oficio de Yoni requería. Esta novela es recordada por ser una de las primeras en tener dos temas musicales, uno interpretado por Laurtia Lion con un efecto de voz bien noventerísimo (Dos mujeeeeEeEres un camiiííno...), el otro interpretado por el grupo del momento: Bronco (antes de ser El gigante de américa -pinche piterez de nombre, es como poner cuadros de apaches en la sala de la casa o comprar gis contra cucarachas en el tiangui-), grupo que también aparecía muy a fuerzas en la trama de la novelita. Pero lo mejor (quien no se acuerde por favor que respire antes de leer), lo mejor mejor de este serial fue la aparición, primera, única y última en una telenovela de Selena Quintanilla, La reyna (sic) del Tex-Mex. ¿Se acordaban? ¿Cómo les quedó el ojo? La narcotemática se dejó ver ya con descaro (¿quién era presidente en ese entonces?), Roberto Palazuelos y Sergio Sendel interpretaron a Raymundo (¿qué tal la vanguardia narrativa?), un policía de narcóticos a la postre novio de Tania. Por supuesto el arte era una cosa de aplauso: traileres grandototoes, chalecos de piel, Laura Lión, establos, caballos, carreteras, Lupe Esparza, casitas modestas con carpetitas de ganchillo sobre la tele, pantalones pegaditos que figuran culo tepiteño, Choche. A ver cuando tenemos oportunidad de ver semejante portento de cosas bonitas. Post Tenebram Spero Lucem.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

chales no te la jales amigo

febrero 26, 2007 8:59 p.m.  

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