El Pávido Návido y el cordón del churumbel

20060525

la ilusión viaja en tranvía


Hace unos posts dábamos cuenta en este blog de la partida de un ídolo del cine nacional. En esta ocasión, con un par de días de retraso recordamos a Lilia Prado quien falleció esta semana. Seguros estamos de que ahora goza de la gloria que le dan los buenos recuerdos que dejó en su público. Añoramos sus piernas iluminando la pantalla, sus pasos de baile vibrando en el celuloide, su rostro aúreo. Como las grandes del cine mexicano empezó en el género ranchero con filmes como La barca de oro y Arriba el norte, también le entro a la rumbeada en Confidencias de un ruletero, Han matado a Tongolele y Novia a la medida. Como las bellas de la época de oro, fue dirigida por Luis Buñuel en Subida al cielo y La ilusión viaja en tranvía. Le entró al cine roqueril con César Costa y cía. figurando en Locuras del rock and roll (no más de imaginar esas locuras río río río). Aparece en El rincón de las vírgenes, una de las películas rescatables de la plena decadencia del cine mexicano para después incursionar al lado de los gladiadores del ring en Las momias de Guanajuato y Los asesinos de la lucha libre. Por supuesto, la belleza andando de Lilia Prado, terminó su carrera fílmica con obras maestras del kitsch del tipo La puerta negra, Cuatro nacos asaltan Las Vegas, Adiós Lagunilla, Adiós y Tres veces mojado. Descanse en paz, que el cielo mande a este país más bellezas carnositas como Lilia, venus del museo de San Carlos.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Oh amiguis!

Sin duda es una gran pena para la historia cinematográfica mexicana.
Pero la ventana que se abre en ese rubro es tu reciente iniciación con Jaiba para 2. ¡Muchas felicidades!

junio 01, 2006 12:52 p.m.  

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