¿se acuerdan de los abonos del metro? ¿y de los tortibonos? ¿y de los pilones?
El otro día navegando por la red me encontré con este texto mío de hace mucho tiempo, salía de la prepa cuando lo escribí, lo corrigieron en el taller del CCH Naucalpan al que me invitó Beto Trejo, lo publicaron en el libro Crimen Confeso en 2003 y luego, mucho después, lo leyó Iván Ortega, un asiduo del blog del Pávido Návido y le cayó bien y lo puso en su blog.
Bajo el reloj, a las 19:15
Después de anoche
todo es huir:
un "no s vemos" inesperado,
la puerta de tu casa;
mi cama conmigo
y el desvelo
en las paredes
de las que han caído
nuestras fotos.
Mientras amanece
extraño tu anorexia
y duermo en el colectivo
tarareando suspiros
que te evocan.
Bajo el silencio,
nadie con quien hablar
a mi alrededor,
evado encontrar cualquier mirada.
Vuelvo a huir,
busco mis pasos
entre la multitud.
Apresuro mi carrera
El convoy se aproxima.
entro en un vagón:
cinco estaciones me separan de ayer.
Etiquetas: amigos, El Pávido Návido, poesía, sistema de transporte colectivo metro, Tacuba
3 Comentarios:
Pues muy buen poema. Ese fue el único que pude leer del libro antes de que me lo quitara iván para no volverlo a ver. Muy bueno, la verdad. Luis, ay que ir viendo un lugar para leer todos. Saludos.
yo no te quite ese libro eduardo
el que yo tengo me lo dio rafa
que tu no sepas donde dejas tus cosas no es mi culpa
Un saludo al señor Téllez
y si a ver cuando nos ponemos de acuerdo para una lectura
Me agrado estimado, sopitas te envia un coordial saludo!
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal