El Pávido Návido y el cordón del churumbel

20061009

como yo no tengo radio mucho menos grabadora cantaremos algo nuevo cual si fuera sinfonola

Ayer fuí al concierto de Lila Downs en el Auditorio Nacional, la crónica no será motivo de este blog, búsquenla en otro sitio porque realmente será muy buena, ya ven cómo se las gasta el versificador de la floresta para esos menesteres. El asunto esque el concierto cerró con un despliegue de musical carnavalesco derrochador apoteósico majestuoso zanquero mariachi pletórico banda de viento feliz voz aplausos a ritmo de El brasero fracasado. Un viejo corrido que hicieron famoso Las Jilguerillas, Amparo e Imelda Higuera, El dueto consentido de México, un capítulo más de la Mexican Freak Music.
Amparo e Imelda, originarias de La Cañada, cercano a La Piedad Michoacán, eran, hasta hace unos años cuando falleció Imelda, uno de los últimos duetos rancheros tradicionales de voz aguda y jovial, cuyas integrantes visten igual, cantan igual, sonríen igual y están igual de feas, pero que cantan con un sentimiento que alegra el alma. Este desdoblamiento de la personalidad en dos ha hecho historia en la canción mexicana de provincia: Las Hermanas Huerta, Las Hermanas Padilla, Las Hermanas Nuñez... También hubo la contraparte urbana romántica y existencialista de dichos duetos: Las Hermanas Águila, Sonia y Miriam, Lena y Lola (creo se apellidaban Meraz). Los españoles nos copiaron y quisieron tener a Pili y Mili y la canción infantil también quiso tener su dueto femenino encarnado en las sailormoons Ivone e Ivette que eran más show para los papás que para los infantes.
Decíamos que las Jilguerillas son michoacanas como la charanda, las guitarras y la buena yerbamala, su terruño es vasto en tradición musical, ranchera y brazera, por lo que el tópico de la migración hacia el otro laredo es frecuente en sus temas: "Camión de pasajeros", "El brasero fracasado", "Concha la mojada" (no es canción erótica, habla de una muchacha que no le echa un lazo a un muchacho que le cae a toda mecha) y "Adiós amigos". No es de extrañar que Las Jilguerillas tuvieran un éxito rotundo en plazas de Los Ángeles, Mc Allen, Laredo, Houston y otros muchos lugares de la Unión Americana hasta donde llevaban el recuerdo de la patria con su dulce canto a los paisanos avecindados por allá.
Otro tópico frecuente en el género ranchero más tradicional que cultivaron con buen acogimiento del público fue la traición amorosa, tradición presente en la lírica en nuestro idioma desde "Gerineldo" o la "Blanca niña" y continuado en canciones como "La Martina", "La entalladita", "Mujer paseada" o "Madre abandonada".
Por supuesto que también cantaron canciones rancherísimas, estampas del campo y el amor bucólico que viven los labriegos del bajío como se retrata en las películas nacionales: "El novillo despuntado", "El toro palomo", "Anda paloma y dile", "De rancho en rancho""La milpa". Y, como buenas mexicanas, no se safaron de cantar al dolor amoroso: "Busca otro amor", "El Chubasco", "Nieves de enero", "Hasta la tumba mujer", "Para qué me echaste al mundo", "Seis pies abajo", "Y por esa calle vive". También le cantaron a la pobreza y su orgullo: "Cruz de madera", "Cuatro velas", "Barrio pobre", "Los pilares de la cárcel".
Incursionaron en el humor con canciones como "Calla mujer calla" ("El charro ponciano"), "Ay que ventanas tan altas", "El muchacho alegre", "El albañil", "El bandolero", "La chancla".
Las Jilguerillas grabaron con otros grandes que también hicieron época: Los Cadetes de Linares y los Baron de Apodaca. Grabaron por primera vez canciones que todavía son éxitos. Durante muchos años tuvieron su hora los domingos en 710 La que más me gusta (antes La Mexicana). Ahora sólo son leyenda y sus discos se encuentran con ciertas dificultades en los puestos de pirata y en las tiendas de carretera, enjaulados esperando algun camionero que los compre. Post Tenebram Spero Lucem.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Wey, la Downs RULES!!! Checa mi último post para que te rías.

Un abrazo.

octubre 12, 2006 4:20 a.m.  

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