El Pávido Návido y el cordón del churumbel

20080110

esta es la abeja miope miope miope miope novia del zancudo loco loco loco

Queridos lectores: GRACIAS POR ESPERAR. Ustedes saben que son el alma de este blog y la dialéctica de estas letras estaría incompleta por su presencia, por eso debo ofrecer las más amplias y sentidas disculpas por la ausencia durante varios días de su bloguero favorito, El Pávido Návido, por lares cibernéticos. Comprenderán que las pascuas navideñas y crudas de año nuevo mantuvieron a este escribiente fuera de circulación, añorando sus comentarios y pensando en la entrada más adecuada para comenzar el año. Y qué mejor que una breve reseña gráfica de la vacación pávida en sitios que si fuéramos sociales del reforma, caras, o quién definiríamos como "pintorescos", "llenos de magia", "con el sentimiento mexicano a flor de piel", "en donde aún se conservan las tradiciones folclóricas", pero como se trata ni más ni menos que del blog del Pávido Návido diremos solamente que estuvimos en Juchitán bebiendo como se debe, comiendo como se debe y participando de las fiestas a las que fuímos convidados con ahínco y alegría.
Después de una opípara cena en rumbos de La Floresta en la que se degustaron los más exquisitos manjares propios de la época decembrina, entre los que destacaron los famosos romeritos preparados con la receta secreta Sosa (con mayúscula porque es sustantivo, no vayan a creer que son insípidos pa´ su mecha que no) con tortitas de auténtica pulpa de camarón; una noche de risa y villancicos patrocinados por los gentiles peregrinos que acudieron al agape: la familia Tejeda en pleno, Mariyeah, Chayo y Sopaclos.
Luego de un día de sabroso recalentado, el desayuno de fin de año con las queridas Melissa y Edith, algunas compras en plazasatélite.
Transcurrido ello, se encaminó el Pávido Návido y destacada comitiva a la bonita Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (tapo para la banda de interjet) para observar el desfile de accesorios para equipaje que tiene efecto en dicho lugar durante las temporadas vacacionales del año: cajas de jabón roma, huevo el calvario, bolsas de mandado retacadas como secretaria de secundaria después del recreo, maletas fayuqueras, bolsas costaleras con la figura del güinipú y las chicas superpoderosas, jaulas con conejos, bolsas de aurrerá y una que otra maleta. Actividad previa al abordaje del autobús AU que nos llevaría hasta la región istmeña de Oaxaca, específicamente a Juchitán de Zaragoza.
Una vez llegados al destino nos ocupamos de los preparativos para asistir a la fiesta que nos llevó a esa divertida localidad: el enlace matrimonial de Lenin Gaspar y Soledad. Les compramos unos regalos bien útiles en el Electra (al chaz chaz porque ni modo de andar yendo cada semana hasta allá a pagar) y nos dirigimos a casa de la novia para presenciar la ceremonia civil que los unió en matrimonio bajo el régimen de bienes mancomunados. Ahí comenzó todo... o terminó, cuestión de óptica.Eso es echarse una firma.

La feliz pareja.
El Pávido Návido reflexionando sobre cuánta cerveza será capaz de procesar su vistoso cuerpo enfundado en elegante guayabera.


Los novios con los suegros de la novia, el pintor Francisco Javier Santiago Regalado y su esposa, la señora Severina Villalobos Pineda.


Desde temprana hora comenzó la música a alegrar los corazones y alterar bioritmos.

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1 Comentarios:

Blogger ara dijo...

no esta escrita bien la letra de la martiniana, no es mi vida si no mamá, busclo y veras

enero 26, 2009 9:43 p.m.  

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