y tu castigo se lo dejo a dios...

Hace 106 años, en un 30 de octubre, nació en el barrio de Tacuba de la Ciudad de México, Agustín Lara del Pino Aguirre. Vaya desde este, el más humilde de los blogs de viveros de la floresta, un recuerdo a uno de los más grandes compositores en lengua cervantina. Al gran Flaco de Oro lo recordamos por sus canciones, muchas de ellas himnos eternos como "Veracruz" o "Granada". El heraldo del romanticismo compuso más de setecientas canciones, actuó en varias películas y escribió algunas decenas de poemas breves y cursis cursis cursis. Con canciones como "Cortesana", "Aventurera", "Imposible", "Santa" o "Noche de ronda" levantó un altar de majestuosa pulcritud a las mujeres de la vida galante. Novio de la melancolía y el frenesí, Agustín también nos legó algunas de las mejores estampas modernistas que esta patria haya visto: "Azul", "Palmera", "Hastío". Y como buen mexicano, Lara también muestra su lado ardido, de abnegación ante el sino del amor trágico y para muestra "Aquel amor", "Se me hizo fácil", "Arráncame la vida" o "Limosna". Vaya desde aquí el homenaje del Pávido Návido a uno de sus más grandes y preclaros ídolos.