Música sacra para el Viernes Santo

El Pávido Návido se adelantó para conmemorar el viacrusis de Jesús, a la antigua, escuchando música. Hace unas tres semanas, la tarde de un cálido domingo asistió invitado por la banda de la banda (esque tienen su orquestita buena onda) a la bonita sala de conciertos Nezahualcóyotl en el sur de la Ciudad Universitaria. El concierto anunciado había causado expectación por la obra: La pasión según San Mateo compuesta por el admirado de este blog Johan Sebastian Bach y los intérpretes: un par de agrupaciones alemanas de música barroca Orchester Wiener Akademie y Musica Angelica Baroque Orchestra, a más del St. Thomas Church Choir y los solistas Andreas Karasiak, Stephen Salters, Christine Brandes, Carlos Mena, Mark Bleeke y Klaus Mertens, todos dirigidos por Martin Haselböck.

Los órganos, oboes, violas, violines, contrabajos, cornos, las voces de los niños, el barítono, los tenores, la soprano, la cadencia y precisión de la dirección dieron total dimensión al drama litúrgico bachtiano. La sensación de letargo y terror ante el silencio cundió por todo el Pávido Návido que creía flotar entre las notas y las frases que narran la pasión y muerte de Jesús, haciendo comprender el sentido del barroco:

Qué maravillosas palabras, si no supiera que son para Cristo, no me gustarían.Quiero darte mi corazón y que habites en él, salvador mío. Quiero entregarme en tus brazos. Si el mundo es pequeño para ti, sé tu solo para mí más que el cielo y el mundo.

Purifícate corazón mío, pues yo seré la tumba de Jesús! ¡Desde hoy y para siempre, en mí hallará dulce reposo! ¡Apártate mundo, deja entrar a Jesús!

Todo terminó en el recinto de la Floresta con un viaje más terreno y controlado. Sin duda el mundo sería otro si el barroco gobernara nuestra mente dejándola desbordar por los caminos de la creación. Post Tenebram Spero Lucem