El Pávido Návido y el cordón del churumbel

20070830

Lo recomendó el Pávido Návido

Amables lectores, primero les ofrezco una disculpa por estos días de ausencia, la fortuna le sonríe a este escribiente en forma de trabajo. Gracias por haber mantenido el promedio de visitas a pesar de que no se actualizaba el contenido de este blog, con su bondad liberarían ánimas del purgatorio, si éste todavía exisitiera, pero como el papabenedicto ya nos dejó sin ese subterfugio de clemencia para las almas, se quedan chiflando en la loma y leyendo estas líneas. Así pues, el Pávido Návido les hace una entretenida recomendación para que se pongan a leer en vez de estar viendo qué carajos le pasa a Gaviota (si quieren ver Gaviota, mejor avísenme y nos ponemos de acuerdo) y al resto de los personajes de Destilando amor, ¿a poco no se acuerdan del final de café con aroma de mujer?, pues va a pasar lo mismo pero aka, con paisaje de sectur al fondo y harto maquillaje. Bueno, el libro que ahora recomendamos es uno de los primeros títulos que explotan el humor, la ironía y la crueldad para divertir a los lectores jóvenes, jovencísimos. Se trata de Pedro Melenas un conjunto de narraciones versadas y rimadas que compuso el aleman Heinrich Hoffmann (no confundir con E.T.A. Hoffman, el del El príncipe Cascanueces y los ratones) para regalárselo a su pequeño de tres años ante la nula oferta de libros divertidos para niños en la Alemania de mediados del siglo XIX. El mismo Hoffman realizó las ilustraciones del librito que obsequió para navidades a su hijo, pronto un visionario editor le pidió el libro para publicarlo, en la actualidad es considerado uno de los más importantes títulos que se han escrito para niños por su originalidad y por adelantarse a su época, tanto por la burla a la educación tradicional como por la manera tan sarcástica en que aborda los temas. Para muestra la historia que aquí dejamos para ustedes. El libro es sumamente entretenido, pero seguramente será más entretenido encontrarlo:
Hoffmann, Heinrich. Pedro Melenas. Trad. Víctor Canicio, Olañeta, Barcelona, 1987 (Erase una vez...).
Post Tenebram Spero Lucem



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1 Comentarios:

Blogger Manuel Rábade dijo...

Si de niño hubiera leido algo así... de seguro seria un hombre de provecho ahora... un saludo estimadisimo.

Atte El Sopitas (Sin relación con Gaspar Sopas...)

septiembre 01, 2007 2:16 p.m.  

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