El Pávido Návido y el cordón del churumbel

20070725

Las apariencias no engañan

El pasado fin de semana el Pávido Náviod viajó a la región tlaxcalo-poblana para ponerse bien persa y bien verde (por el pápalo de las cemitas, no vayan ustedes a creer que quema petate) y hacer una breve ruta cultural por algunas iglesias franciscanas y dominicas de la zona en compañía de sesudos amigos con los que discutía sobre la iconografía de retablos, fachadas y murales. Y entre estípite y estípite, columnas salomónicas, panopias, cipreses o bladocinos andaba el hombre cuando encontró, en bonita iglesia tlaxcalteca una de las dos imágenes que a continuación se presentan, es la prueba de que los enviados celestiales existen. Hasta aquí las explicaciones, no abundamos para que ustedes, con su amplio criterio se formen su propia opinión.

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