Tenía tu cara y también tu cuerpo, tenía tus ojos y me estremecí...

Según muchas teorías urbanas, leyenda la mayoría, cada ser humano tiene un clon que habita en algún rincón del orbe, generalmente muy alejado al del original, para no causar temores. Pero de pronto los caminos no son tan lejanos y alguien descubre el clon de otra persona, a veces da risa, pero esas risas se convierten en interrogantes del porqué sucede este fenómeno. Este blog, en el carácter altruista que lo caracteriza, se ha dado a la tarea de evidenciar a esas personitas que tienen la dicha de compartir estampa con alguna otra. Ya en anteriores ocasiones les hemos presentado, queridos lectores, algunos de aquellos parecidos. Hoy, una vez más, traemos hasta ustedes la imagen de dos gotas de agua, esperando que ustedes las puedan distinguir.
Uno es mestro del histrionismo nacional, es tan buen actor que todos sus papeles parecen interpretados por Macario, así se encuentre encarnando a Macario, Fulgor Sedano, Pito Pérez, Francisco Gabilondo Soler "Cricri", Edipo o a Porfirio Ayala. Todos sus personajes parecen haber sido estudiados para "El hombre de papel", "El profeta Mimí", "Reclusorio" o "Los albañiles", entre otras joyas del cine nacional. Sí, nos referimos a Don Igancio López Tarso que con sus 83 años encima sigue retozando en foros de cine, telenovela y teatro, sobre todo del segurosocial, dando gloria a la actuación mexicana, tan lejana ella a stanislavsky y seki sano y tantas cosas de esas poco acartonadas y de vanguardia.
El otro, es el versificador de Izcalli, Luis Paniagua, amigo personal de este bloguero y integrante (sic) de la degradación mexicana que visita Brasil para llevar un mensaje de recitación y querencia a aquellas tierras. Famoso por libros como Los pasos del visitante y visitador de esta zona cibernética.
Como no sabemos la verdadera fecha de nacimiento de este antiguo bardo, no podemos precisar quién es clon de quién, pero no quisiéramos encontrarnos a ninguno de los dos en la calle. Juzgue usted.
Post Tenebram Spero Lucem