no amo a mi patria...

La hipocresía, señores, no es pecado, pero siempre viene acompañada del soplo del Maligno. Ya saben queridos lectores de la apostasía proverbial de quien escribe este blog y se preguntarán por la frase lapidaria con que comienza esta entradita, no hay tos, nadie decente se ha convertido al Opus, ni mucho menos; no más aventamos la idea para lanzar algunas notas sobre la actividad mediática que está teniendo verificativo entre la noche de ayer y hasta la madrugada que está por llegar: el Teletón.
* A ver, no sé si recuerden las transmisiones televisas de la Olimpiada próxima anterior. ¿se acuerdan que particularmente en esa ocasión el escarnio en contra de Samy y Miguel Luis fue más corrosivo e insutlante? Uno de los supuestos del Teletón y la construcción de los centros de rehabilitación y todo lo que de estos emana es la creación de una cultura de la igualdad y el respeto, con énfasis en lo que ellos llaman personas especiales, con capacidades diferentes y un largo etcétera de eufemismos para lo que nosotros, los vulgares hablantes, llamamos discapacitados (o ciegos, sordos, paralíticos, mancos, cojos, para ser específicos). No se trata aquí de satanizar la burla, digamos que es uno de los principales placeres del Pávido Návido, sólo es importante señalar lo señalable.
* El mundo se encuentra en un momento de crisis económica. Los mexicanos sabemos de eso y una visita al mercadito sobre ruedas basta para la conversión del más alegre en un emo marca Glorieta de Insurgentes. Una de las empresas mexicanas que más factura anualmente tiene a bien utilizar la pantalla que le es consesionada casi gratuitamente por el Estado para llamar a la unidad y exhortar al paisanaje a hacer lo que siempre, pero con más ganas, con más arrojo, con más esfuerzo. Después de dicha campaña, cuyos spots remataban con niños vestidos de blanco ondeando una bandera nacional (las minúsculas son mías), la empresa de marras lanza otra campaa para que el esfuerzo se transforme en donativos para el Teletón y sus centros de rehabilitación, donativos que se invierten sin claridad, que al final nadie sabe quién los factura y a quién benefician fiscalmente.
* Si echarse completo un programita del Coque Muñiz o Doce corazones u Hoy, es una de las peores humillaciones a la que puede exponerse un ser humano; pedir limosna es peor. La empresa a la que hemos aludido pone a un ejército de limosneros a trabajar, al peor estilo Mack the Knife, padrotea a cientos de miles de jóvenes a los que obliga (claro voluntariamente y por una buena causa) a pedir monedas mientras corean estribillos televisivos o interpretan coreografías de nula calidad con la sonrisa de quién ha sido tocado por la caridad. No sé si recuerden, alguna vez en el canal estelar (literalmente) de la empresa de la que hablamos pasaron una investigación sobre los limosneros de las calles de la ciudad de México, quizá encontraron que el modelo era muy bueno y decidieron copiarlo (por supuesto sin pago de derechos).
* Personajes que todo el año hacen de la mofa hacia lo diferente su forma de vida y la comida para su progenia tienen un par de días para lavar sus culpas, llorar junto a un niño con síndrome de down, alabar el esfuerzo de una familia de alguna sierra mexicana que llevan a su niño con parálisis cerebral a la rehabilitación, agradecer a Dios lo infinitamente maravilloso que ha sido al no tullirlos y, por supuesto, decir lo mucho que se aprende de las historias de estos niños "tan especiales". Sólo tres nombres: Adal Ramones, Jordi Rosado (ese no es discapacitado, pero su nombre explica todo)y Facundo.
Podemos seguir, pero este blog no acostumbra la amargura, además no queremos poner más nombres de paladines de la estulticia nacional, con algunos ejemplos baste: Joaquín López Dóriga, Lucero, Carlitos (sic) Loret de Mola, Brozo, Andrea Legarreta, Alejandro Maldonado...
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