El Pávido Návido y el cordón del churumbel

20081112

Max and the maximonsters



Hace algunos meses, Maurice Sendak cumplió ochenta años. Muchos de ustedes, queridos lectores, se preguntarán ¿y quién es ese señor?, a lo que su gentil amigo el Pávido Návido contestará sin coro: pues Maurice Sendak es uno de los inventores del libro álbum, uno de los pilares de la literatura infantil contemporánea y el inventor de Donde viven los monstruos, una de las obras que contribuyeron a la revolución del libro para niños en el siglo XX.
De ascendencia polaca, Sendak nació en el Nueva York de los años veinte, su carrera como ilustrador inició después de concluído el bachillerato, cuando estudió dibujo y pintura y se enroló en una empresa de historietas. Pronto comenzaría a ilustrar libros para niños en Harper and Brothers, siendo el primero The wonderful farm de Marcel Aymé. Su primera obra como escritor e ilustrador fue Kenny´s window, de 1956.
Por esa misma época dió forma y color a los personajes de Else Holmelund para la entrañabílisima serie de Osito, libros que han formado parte de la infancia de millones de niños.
Pero fue en 1963 cuando Maurice Sendak publica esa especie de libro iniciático, provocador, rebelde, cuestionador de las figuras de autoridad y promotor de la fantasía más arcaíca y primitiva que anida en la psique de los niños: Donde viven los monstruos(Where the Wild Things Are).
El libro narra la historia de Max, un niño que se transforma en un pequeño monstruo al ponerse su disfraz de lobo, hace travesuras, resonga y es castigado. El regaño y el castigo, ambos recibidos de la madre, desatan en él un juego que lo lleva a viajar a una isla en la cual es el rey de los monstruos... Un verdadero viaje de transformación y autoreconocimiento.

Todo narrado en dos lenguajes, el textual y el visual. Esto es importante decirlo ya que el libro álbum tiene la singularidad de basarse en absoluto en estas dos formas de expresión, fundiéndolas en una sola. Las ilustraciones cargan de símbolos la obra y ofrecen indicios; el texto es una guía que puede detona significados sólo en relación con la imagen. Sendak fue uno de los primeros en hacer esta fusión, en comprender la importancia de lo visual para los niños.
Sobre la obra me permito poner un comentario de mi querida amiga, la colombiana Yolanda Reyes, cuya sapiencia sobre la literatura infantil y el trabajo de formación de lectores desde la primera infancia es un referente en Latinoamérica:

"Nuestra época, enmarcada por el uso y el abuso de los lenguajes audiovisuales, ha convertido al mundo entero en un texto para leer. De ahí que el concepto de lectura –ligado en primera instancia a la decodificación lingüística– se haya extendido hacia la interpretación de otros signos y que cada vez se hable con mayor propiedad de la “lectura de imágenes”. En el campo de la literatura infantil, esa otra forma de leer cobra una importancia especial ya que, además de los tradicionales géneros literarios, existe el de los álbumes, en auge desde hace unas décadas.
Antes de ese boom de las imágenes, la ilustración era un elemento decorativo o didáctico de segundo orden y se limitaba a ser el telón de fondo del mensaje verbal. Sin embargo, la fotografía y el cine, que afectaron la concepción de las artes visuales, terminaron incidiendo también en los libros para niños, hasta el punto de que la ilustración se convirtió en un mensaje tan rico y autónomo como el texto mismo.

La característica principal de los álbumes es precisamente ese diálogo entre el lenguaje verbal y el pictórico, de manera que el sentido no puede ser comprendido sin las ilustraciones, o viceversa. Para decirlo con un ejemplo sencillo, un álbum es como una película: hay una diferencia enorme entre verla o que se la cuenten a uno.

Donde viven los monstruos, publicado por Harper & Row en 1963, fue un libro polémico por su tratamiento nada ejemplarizante de los niños y de las “cosas salvajes”, pero pronto se convirtió en un clásico. Y ese puesto de honor no lo merece solamente por haberse ganado la Medalla Caldecott –máximo galardón de los libros ilustrados– ni por haber obtenido el American Book Award y ni siquiera por ser uno de los diez libros para niños más vendidos de todos los tiempos, sino, sobre todo, por ser la perfecta conjunción entre palabra e imagen. En uno de los más afortunados ejemplos de su género, Sendak logró una historia poética, con una admirable economía expresiva. Al cuidadoso trabajo que se esconde detrás de cada una de sus frases, de sus ritmos y de su excelente factura literaria, se suman la ilustración y la diagramación para construir una estructura impecable y una atmósfera mágica, en la que todos los lenguajes conviven en perfecta armonía.

La historia, de una sencillez tan profunda que puede ser comprendida por niños menores de dos años y seguir fascinando hasta a los adultos –incluso logró conectar a algunos niños autistas con el mundo– cuenta cómo Max, el protagonista, es castigado por sus travesuras y emprende un viaje simbólico desde su propia habitación hacia donde viven los monstruos, atravesando un tiempo mítico, enfrentando sus miedos y regresando, después de un trayecto circular, al mismo punto de partida, donde la cena caliente lo está esperando.

Es de celebrar que este libro pueda volver a conseguirse en español. Ante la proliferación de imágenes “chatarra” para consumo inmediato que bombardea a los pequeños y ante la dificultad para acceder a las obras de arte, los libros ilustrados son los museos que contemplan nuestros niños. Desde ese punto de vista, tienen razón los que consideran a Maurice Sendak como “el Picasso de los libros para la infancia”."

Por cierto, Yolanda hace el prólogo a la más reciente edición en español de este libro, en la colección Nidos para la lectura de Alfaguara, que respeta el formato original que se había perdido en la edición de Altea.

Sendak ha ilustrado, también, cuentos clásicos, siendo famoso su Cascanueces y una edición de los cuentos de Grimm.

La medalla Caldecott ha sido concedida en un par de ocasiones a Sendak, en 1964 por Donde viven los monstruos y en 1971 por su sofisticadísimo La cocina de la noche. En 1970 le fue conferido el Hans Christian Andersen Award, máximo reconocimiento en materia de literatura infantil a nivel mundial, otorgado por el International Board on Books for Young People.

Por cierto, el año entrante sale una película basada en la obra angular de Sendak.

Post Tenebram Spero Lucem.





Por cierto, hoy es día del libro en esta patria impecable y diamantina, para homenajear a Juana Inés, la de los billetes de a doscientos.

Etiquetas: , ,

2 Comentarios:

Blogger ceguera marchando dijo...

Ayy me acabas de conmover... Yo tenía un libro con esa ilustración de la osita (ni me acuerdo cómo se llamaba) Y si no era esa osita eran unos ositos, pero es de él, casi lo juro... Snif...

Qué chido que hagas estas reseñas. Gracias, chiquitito.

noviembre 26, 2008 3:31 p.m.  
Blogger Amarantha Vázquez dijo...

http://educpreescolar.blogspot.com

saludos

diciembre 06, 2008 3:22 a.m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal


adopt your own virtual pet!