El Pávido Návido y el cordón del churumbel

20081102

mi calaverita tiene hambre ¿hay un dulce por ahí?



Disculpen la tardanza, van unas coplitas calavéricas para algunos cuates, los que no están incluídos no se ofendan, luego les hacemos su versión del mono de alambre.

Este año, la muy cabrona
afiló guadaña larga,
casi paga sobrecarga
la encajosa y cruel Pelona.

Cargó con runfla de mampos
comenzando con aquel
muy oriundo y serio él,
de Guanajuato y sus campos,
poeta de poca monta
que no aguanta un buen mezcal
sin caminar algo mal
y soltar lágrima pronta,
casi joven a sus treinta
fue de este mundo al infierno
por escribir tan del cuerno
sus libros sin pie de imprenta

También se llevó la Parca
a un escritor pequeñito
por pretenderse infinito
y de los premios, monarca.
¡Que lo lloren en sus lares!,
a quienes les guste el mango
y de la selva su fango
y sus versos tan vulgares.
Ya no jugará billar,
ni apostará en dominó,
su obra por fin terminó
en el papel por millar.

Y hablando de chiapanecos
un pelón se le escapaba,
a la Muerte que es tarada
y le buscaba los flecos.
A ese vate tan brillante
que sólo da el charolazo,
Catrina le mandó un lazo
por escribir asfixiante,
versos que no tienen fin,
sobre el mundo baladí
de su diario frenesí
y de uno que otro film.

Ya estando en Chiapas, la Muerte
pensó en otros de esos hijas
cual si fueran lagartijas
les cambió rudo la suerte
y por andar de arbitrarios,
poéticos, presumidos,
ahora cantan deprimidos
sus versitos lapidarios.

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1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

jajajajaja, eso me recuerda a los de tu acuario, ese que ya no esta en tu comedor, ¿la calaca hace igual?

noviembre 03, 2008 11:59 p.m.  

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