El Pávido Návido y el cordón del churumbel

20110504

Dos películas para el 10 de mayo

El martes próximo será 10 de mayo. Las ciudades de México se convertirán en inmensos estacionamientos de autos llenos de familias que intentarán congraciarse con las madres. Quienes pasamos de ese festejo, tenemos que aguantar las calles llenas de ese sentimiento de falso cariño, la representación de la gran farsa que es la familia mexicana -esa a la que apeló hace rato en cadena nacional quien ostenta el cargo del jefe del ejecutivo-, tenemos que huir de lugares públicos y encerrarnos en la intimidad de nuestra misantropía e intentar que el día pase lo más normal posible, lo cual es imposible porque en todos lados intentan contagiar a todos de un festejo que no todos necesitamos. Cada que puedo me echo mis tequilas con mi mamá, yo llevé a conocer El Nivel y una pulquería, hacemos el mandado juntos cada quince días en el mercado de Jamaica y somos cómplices en eso de hablar mal de libros malos, ahí está su festejo, en lo que disfrutamos juntos y no en la obligación de regalarle algo cuando Liverpool me ordena. Mi abuela es caso aparte, pero también se sabe festejada en cada uno de mis libros -hasta me dijo que me llevará a bailar cuando leyó Media tarde-, en cada publicación en revistas o periódicos. En fin, estoy tan a gusto con las madres que me rodean, que no me va esto de comprarles rosas -qué mal gusto- un día al año.
Tampoco soy muy asiduo al tafil, como para tomar alguna dosis que me hiciera dormitar todo ese día, mejor intento hacerlo llevadero. Y para eso el cine nacional siempre me regala obras jocosas, que confirman ciertas adversiones y manías mías. Aquí van dos películas sobre el tópico, que espero tengan oportunidad de ver algún día por el canal 9 y, en su entristecimiento y coraje, me mienten a la celebrada.

Día de madres
(aka 10 de mayo: Día de Mártires)
1988, Javier Durán
Con Evita Muñoz "Chachita" y Sergio Weber "Chatanuga"
Drama del realismo sucio. Tiene todos los elementos de un buen día de las madres: borrachera de bacardí, mole de guajolote, comida en casa de la matriarca, nueras frustradas que odian a la suegra y a sus propios maridos mujeriegos y borrachos, nietos latosos, hija con domingo siete y, sí, todo termina en tragedia. Extrañamente, Evita Muñoz tiene una buena actuación. Comienza con una maravillosa secuencia de compras en La Merced.



Cuando los hijos se van
1969, Julián Soler
Con Amparo Riveles, Albeto Vázquez, Blanca Sánchez
Existe una versión previa con Sara García, pero Amparo Riveles y su cara de nuncamepasanada hacen de esta versión un excelente ejemplo de lo que la familia mexicana intenta ser: un rosario de apariencias y disciplina. El padre malo, malísimo, los hijos descarriados, excepto uno, el consentido y la madre abnegadísima que permite que se pisoteé a sus vástagos en pos de la decencia y la salud de su marido. Los peinados femeninos y las Alberto Vázquez interpretando "Pecador", le dan el toque vintage al filme -ah, en esa época no era vintage.




El viernes habrá post con libros para niños sobre madres.

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