Vaya desde aquí una felicitación para todas las madrecitas (no, para él no) que pueblan con orgullo este país y que le dan renombre y fama a sus machos. Para ellas el deseo de que la comida en El Penacho de Moctezuma, Boca del Río, La Número Uno o ya de perdis el Sanborns, sea de lo más relajada y sin sobresaltos, que no tengan que terminar pagando la cuenta; que les llenen de parabienes y obsequios de verdadero valor, nada de mamadas como cartitas de los nietos, rosas encapsuladas, suéteres o monederos (a menos de que estén llenos de bonos de pemetz).
Aquí una lista que el Pávido Návido realizó para que las familias con cultura, educación y buen gusto las eviten en sus festejos:
10. Amor eterno. El divo de Juárez, ese monumento a la lírica mexiana, orgullo del machismo patrio, nos regaló la letra y los acordes de, faltaba más, el himno al edipismo nacional. Cuando cuentan que la escribió porque su mami falleció y que Rocio Dúrcal se la cantaba a su hijo que falleció en bonito puerto del Pacífico mexicano, a uno no le queda más que soltar un par de lagrimillas y automentársela: Cómo quisera ayyyyyyyyyyyyy (chulada de frase)/ que tu vivieras/ que tus ojitos jamás se hubieran/ cerrado nunca y estar miraaaaaaaaaándolos / amor eternooooo...
09. Canción para una futura mamá. José María Napoleón nos ha brindado éxitos como Eres, Pajarillo (de atrás tiempo les entra el recuerdo) y Vive, pero ni sus trajes cosmoapocalípticos, ni su musicalización grandiosa y elocuente de concurso OTI nos salvaron de su loa a la maternidad: no te cabe la alegria/ de tu incipiente perfil/ y piensas en el nombre de papá/ y si es niña, cómo le dirás/ y entre nombres, cuna y ansiedad no encuentras un sitio para estar...
08. Te amo mamá. Los Bukis son inefables para hacernos sentir tristes, tristes, deprimidos cual emo después de que se lo putean en la glorieta de los insurgentes. Y, por supuesto, como buenos gruperos le profesan a su madre el mayor de los cariños, eso sí, con una rima que envidiaría la propia Sor Juana, que sin haber dado a luz en su vida, es madre de los poetas de Nepantla y sus alrededores: Ha sido madrecita tu existencia bendita/ para el niño que aún soy para ti/Amo tu felicidad, amo tu mirada buena/ tu ternura y tu bondad/ Amo tu cansancio al caminar
07. Cariño verdad. Esta lista estaría incompleta si no incluyéramos un éxito de cantina de la calle de Tacuba, uno de los hits de las tunas, estudiantinas y rondallas que recorren orondas los restoranes familiares del centro de la ciudad para anunciar al Pávido Návido el mal gusto y la pronta llegada del fin del mundo. Esta canción la hicieron famosa los Churumbeles de España (la España franquista por supuesto) su fealdad radica, entre otras cosas, en comparar el cariño de la novia, amante con el de la madre, cosa que no tiene ídem: Ella me lleva en el alma /y tú en la imaginación / tú me miras con los ojos / ella con el corazón. / Lo tuyo es capricho, / pura vanidad, /lo de ella es cariño /cariño y verdad.
06. Madrecita de mi alma. ¿Quién le va a creer al Príncipe de la Canción cuando entona unos versos llenos de amor a su madre y luego nos echa cosas como Gavilán o paloma? Don Chepe chepe era el símbolo de las fiestas con bacardí y el alcoholismo de nuestros padres, por eso comprendemos que le cante con tanto sentimiento a su madre, pinche país de la moral doble, habíamos de vender lo que nos sobra de mojigatos, capaz que ni sacar el tesorito de la profundidad necesitamos: Madrecita del alma querida,/ en mi pecho yo llevo una flor/ no te importe el color que ella tenga/ porque al fin tú eres madre, una flor...
05. Bye mamá. Seguimos con los redimidos ante la madre, en esta mediocre posición se encuentra Alejandra Guzmán Pinal con su voz de balada pop noventera, cantándole a doña Silvia unos versos bien sentidos, acá como de generación x, con puro reclamo de sesión con psicoanalista, más bien como con psicólogo del DIF: "Las amigas, envidiaban esa falsa risa fácil/ que aparentan desde la pantalla,/ sin querer las divas como tú, mamá./ Y yo que siempre te esperaba/ para hablarte de mis cosas/ terminaba por dormir sin que llegaras/ Bye mamá, adiós me voy...
03. Tierno ladrón. Una lista de malas canciones, lo que se dice culeras, estaría muy incompleta sin una rola de ese terror de los ochenta que aún nos sigue y nos tortura llamado Timbiriche, chale. La rola trata de un niño que se va a robar el amor de su mamá, no mamen ¿eso era ser joven en los ochenta y noventa? carajo, por eso tenemos ese presidente: Shup dap daba daba/ shup dap daba daba/ Qué alegría da decir mamá/ sintiendo en las palabras emoción...
o2. Señora, señora. Si no cantaron esta canción en un festival del diez de mayo quiere decir que son adultos contemporáneos y que recuerdan cuando el viaducto tenía sólo dos carriles. Denisse Dekalaffer encontró en los sentimientos endémicos de la nación mexicana una mina de oro para sus canciones que no pegaron en el jacarandoso Brasil: Y para no hacer tanto alarde/ esa mujer de quien hablo/ es linda mi amiga gaviota/ su nombre es mi madre...
01. A la madre. Ni modo, Gloria Trevi se lleva las palmas por la escena del baño chorreando mierda en una de sus películas, sus videos son el epítome de la creatividad de los técnicos de televisa que con presupuesto de canal once querían hacer cosas como de mtv (la de aquellos perdidos noventa), algunas de sus canciones serán por siempre recuerdo de nuestra juventud, pero con esta rola dedicada a las progenitoras (especialmente a la suya y con más rencor a la del checo andrade) se pasó de lerda, por ingenua y pretensiosa: No tengo madre/ en la escuela me hacen recordarte/ me mandan siempre a saludarte/ por eso hoy canto a la madre...
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