El Pávido Návido y el cordón del churumbel

20111226

LOS DEL AÑO

Queridos lectores: se que no disculpan que tenga tan olvidado este blog, he pensado en dejar de escribir en él, pero para ocasiones como la que me hace escribir estas líneas sigue sirviendo, así que agradezco sus visitas, sus comentarios y su presencia.
Como desde hace algunos años, hoy comparto los que a mi muy particular juicio, gusto y modo de ver el mundo son los librazos para niños y jóvenes que me topé durante 2011. El orden es aleatorio, no son diez ni quince, la lista no tiene mayor sentido que comentarles y antojarles títulos interesantes en los cuales perderse y con los cuales reconciliarse con alguna parte de la realidad y luego volverse a pelear con ella. Hay libros hechos por amigos míos, no lo niego de ninguna forma y no hay mayor explicación que los libros mismos. Sería muy feliz sabiendo que algún niño y muchos adultos encontraron algo interesante al acercarse a estos títulos, yo lo encontré y por ello lo comparto, espero que los Reyes Magos colmen a alguno de ustedes con alguno de los siguientes títulos:



Un libro, Hervé Tullet, Océano Travesía.
Es sorprendente lo que algunos puntos de colores y un conjunto de sencillas instrucciones pueden hacer para lograr que pasemos grandes momentos de diversión. Si vi un libro ingenioso durante este año, ése es el Un libro, una obra que, literalmente, juega con la idea de la interactividad, llevando al lector-jugador a realizar una serie de actividades con los dedos, la mirada y, por supuesto, la mente. En un momento en el que se debate tanto sobre los nuevos medios, este libro es un ejemplo del diálogo que puede existir entre las distintas formas de leer y los distintos usos de la lectura. (Recomendado para personas que sepan leer instrucciones, tengan dedos y vean a color)



Martyn Pig, Texto de Kevin Brooks, Fondo de Cultura Económica.
El planteamiento de muchas novelas para adolescentes es muy similar a los casos de Laura en América y Cosas de la Vida, la maestría de los narradores radica en alejar las situaciones que presentan de soluciones moralistas y tratamientos que encaminen al lector hacia una interpretación unívoca. Martyn, el adolescente que protagoniza esta novela, debe lidiar con la ausencia de su madre, el alcoholismo de su padre y la hostilidad de otros chicos. Pese a las carencias de su entorno, Martyn es capaz de refugiarse en las novelas y series policiacas, lo cual será determinante para resolver su situación cuando, accidentalmente, provoca la muerte de su padre. La prosa de Brooks es impecable, trepidante como la vida interna de sus personajes e invita a múltiples lecturas. (Recomendado para niños y niñas que están a punto de sucumbir y entregar sus tardes a Crepúsculo y La rosa de Guadalupe)



Limoncito. Un cuento de Navidad, Texto e ilustraciones de Javier Sáez Castán, Océano Travesía.
Todos conocemos o hemos sido o somos un ser dejado de sí mismo, olvidado de la vida que no encuentra ningún sentido a nada y que tiene en la televisión y la cerveza las únicas razones para seguir respirando. También todos tenemos cierta relación perversa con la Navidad y los motivos que la rodean, por ello no será difícil identificar algo de nosotros en Élmer Campos, el protagonista de este cuento navideño postmoderno, entregado en un impecable álbum ilustrado lleno de referentes y guiños. Quizá uno de los libros cumbre de uno de los autores que mantiene en vilo las ideas sobre el libro, la literatura infantil, los lectores y la lectura. (Recomendado para personas que tienen problemas con la Navidad y, en general con el mundo, también para adolescentes cabizbajos y niños que gusten de los osos de peluche, los querrán más)



La cosa horrible, Texto de Karen Chacek con ilustraciones de Julián Cicero, Axial.
Lolo, el protagonista de esta historia, no puede dormir, todas las noches le atormentan unos ruidos que sólo el puede escuchar -sus padres duermen-, y unas extrañas sombras que se mueven: la Cosa Horrible, un monstruo de la clase de los alebrijes pero oscuro y lleno de elementos que dan pánico. Un día, bueno una noche, Lolo descubre ¡en su propia cama! el umbral hacia otro mundo, en donde se encuentra con otro Lolo, idéntico a él, que también debe enfrentarse a la Cosa Horrible. Pocos libros infantiles se atreven a dejar un final tan abierto como el de esta obra, que une la agilidad de una pluma con el detalle de una fina y cuidada ilustración -son lo máximo los juguetes que acompañan silenciosos a los Lolos-. (Recomendado para personas de cualquier edad con problemas de sueño, y para quienes no tienen problemas de sueño y quieran tenerlos, también)



Tache al tache, Texto de Alicia Molina con ilustraciones de Carmina Hernández, Artes de México.
¿Quién que fue niño no se enfrentó al terrible momento de dibujar lo que un adulto te pedía y no corresponder a su idea sobre tal o cual cosa? "Las casas son así", "Los niños son así", "Las flores son así"... Justo el pequeño pintor de esta historia tiene que dibujar una flor, y al no hacerla como la maestra ordena, recibe un gran tache. El ingenio y la intuición estética terminan por imponerse y lograr llenar de color y formas los espacios en blanco. Una divertida y emotiva fábula sobre la diversidad y los puntos de vista. (Recomendado para educadoras, agentes de tránsito, y personas sensibles que gusten de los pequeños detalles, ah, y también para niños que pinten o jueguen futbol o hagan las dos cosas y más)




¡Jimmy, el más grande!
, Texto de Jairo Buitrago con ilustraciones de Rafael Yockteng, Lumen.
Los latinoamericanos estamos hechos de historias de héroes, de personajes que salen de sus pueblos o barrios para triunfar, escalando con ahínco y esfuerzo hasta la cima del éxito para jamás regresar a los lugares que los hicieron, porque el regreso implica -de alguna forma- el fracaso. Jimmy está llamado a ser el héroe que le de nombre a su pequeña ciudad costera, desde muy joven muestra aptitudes para ser un gran boxeador, y cuando tiene la posibilidad de ir en busca de ese sueño, decide otro camino para el heroísmo. Lo detallado de las ilustraciones que reflejan el imaginario de gran parte de Latinoamérica catapultan la sencillez y brevedad del texto, logrando una obra profunda, que al final arranca una sonrisa al lector. (Recomendado para cualquier lector con ganas de un final inesperado y feliz)



Y seguirá rodando: 32 historias con balón de fondo, Texto de Juan Carlos Quezadas con ilustraciones de Juan Pablo Gazquez, Norma.
Cualquiera que siga con cierto interés el Mundial de Futbol sabe que se juega entre 32 equipos, de igual número de países. Cada una de las naciones participantes en la Copa del Mundo tiene una relación distinta con este deporte: la idosincracia, las costumbres, la situación política, los factores económicos y la cultura de cada país se ven reflejados en la forma de jugar de las alineaciones, en la forma de comportarse de los aficionados. De ahí se toman las anécdotas que dan forma a este libro que va sobre mucho más que de once jugadores detrás de un balón, que sin embargo es el progragonista que congrega a las historias que se tejen aquí con suma sencillez, evidente documentación y un fino sentido del humor. (Recomendado para personas aficionadas al futbol, pero particularmente para personas que odien al futbol)



El conejito soñado, Texto e ilustaciones de Malika Doray, Fondo de Cultura Económica.
¿Cómo espera una pareja de conejos a su pequeño que pronto nacerá? ¿Cómo son los primeros contactos entre un el José, el recién nacido, y sus padres? ¿Cómo reaccionan los padres de José cuando ven que no es un conejito orejón como todos los demás? ¿Cómo ser relaciona José con su entorno? En cinco pequeños libros de cartoné, se da cuenta de momentos asombrosos que, por la candidez y humor de las imágenes, no resultan en una relación de la cursilería que acompaña el nacimiento de un bebé. A partir de las brevísimas, que no poco profundas, historias que se narran visual y textualmente en estos libritos el lector se genera un montón de preguntas sobre la espera, los bebés, las diferencias y, sobre todo, se divierte todas las veces que vuelva a la cajita contenedora de estos libritos de cartoné. (Los recomiendo para adultos, pero a los bebés que ya pueden pasar hojas de cartoné y sentarse por sí mismos, les encantarán)



Agencia de detectives escolares, Texto de Jaime Alfonso Sandoval con ilustraciones de Jimena Sánchez, Norma.
No es raro que en las escuelas se pierdan cosas, es el pan de cada día en los salones de clases: la desaparición de un prit, un suéter extraviado, los tazos que alguien olvidó debajo de un pupitre y otro alguien tomó sin más... Pero en el Colegio Virreyes hay un par de alumnos dispuestos a develar el misterio detrás de cada objeto perdido: Cházaro Medina y Patricio Rosas, quienes ponen en práctica sus conocimientos -recién adquiridos, inventados o intuidos- de investigación policiaca para dar con el responsable de cada desaparición. Por supuesto que se crean intrigas y situaciones que logran que los niños descubran la personalidad de los demás, pero también que se descubran a sí mismos, todo en el tono humorístico que caracteriza al autor quien encuentra en lo cotidiano la mejor razón para la risa. (Recomendado para niños que suelen perder cosas y adultos que no recuerdan lo mucho que se divertían en la primaria)



¿Y tú qué has hecho? Texto de Eusebio Delfín con ilustraciones de Imapla, Ekaré.
Es fascinante cómo la letra de un viejo bolero de la trova cubana puedo dar pie a la creación de este librito en cuyas páginas, que se despliegan como acordeón, se ilustran de forma sorprendentemente sencilla los versos amorosos del bolero. Simplemente un gusto de libro, que además incluye información sobre la tan gustada canción. (Recomendado para niños con padres que aprecien los buenos boleros)




Zezolla
, Texto de Rodolfo Castro con ilustraciones de Richard Zela, Axial.
No abundaré en este libro porque ya dediqué unas líneas a comentarlo aquí. (Recomendado para niños cuyos padres inteligentes estén dispuestos a charlar sobre todo aquello contenido en las páginas del libro)


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